Barahona.- Un agente policial identificado como Yunior Cuevas, disparó al vehículo en que se traslada Altagracia Magnolia Reyes Florián, de 48 años, junto a dos compañeras de trabajo y al chef de la empresa Ricafé, luego de despachar raciones alimenticias en la Escuela Básica Dr. Clarence Hamilton, del sector Ríochill, del municipio.
“Tengo la pierna anestesiada, boto sangre, ya usted sabe…”, con tristeza, pero, sobre todo, con impotencia, expresa doña Altagracia Reyes Florián, quien se salvó por un “pelito” de morir baleada.
Reyes Florián, fue impactada de bala en el muslo de la pierna izquierda, por lo que fue trasladada a la emergencia del Hospital Regional Docente Universitario Jaime Mota en donde fue atendida, y posteriormente certificada por un médico legal del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) en esta comunidad.
Cuevas, el agente de la Policía Preventiva en Santa Cruz de Barahona que disparó, señalan que conducía a alta velocidad, razón por la que se produjo una leve colisión, a la que reaccionó emitiendo una ráfaga de disparos contra el vehículo abordado por las tres mujeres y el chef que lo conducía.
Relatan que en vez de actuar con premura, el efectivo policial desenfundó su arma de reglamento y disparó varias veces al vehículo, acción de la que por suerte salieron ilesas las otras tres personas que se trasportaban en él.
El vocero de la Dirección Regional Sur de la Policía, con asiento en Barahona, sargento Argenis Rubio, al ser contactado sobre este incidente de violencia policial, dijo que el agente se encuentra bajo custodia en la sede de la institución.
Rubio, indicó que se conformó una comisión, integrada por varios organismos policiales, incluyendo a la Dirección Central de Investigaciones Criminales (Dicrim), la cual realizará la indagación sobre este hecho que pudo haber terminado en una lamentable tragedia.
Agresiones policiales
Enver Heredia, propietario de la empresa Ricafé, calificó el hecho como “intolerable”, sobre todo, porque entiende que el agente Yunior Cuevas debió tener cautela y prudencia, especialmente al saber que el vehículo salía de una escuela y que pudo haber afectado también estudiantes del centro educativo.
Heredia, lamentó que la Policía Nacional continúe haciendo todo lo contrario a su deber que es proteger a la ciudadanía, y no violentarla como en este y otros casos recordados con pesar en todo el país. Deploró que este comportamiento de muchos policías parece estar normalizado a pesar de la reforma policial con la que el cuerpo del orden asegura estar capacitando y reforzando las condiciones de sus agentes.
En ese sentido, dijo espera que la investigación además de los entes policiales sea asumida por el Ministerio Público, para garantizar la sanción oportuna que la ley establezca para estos casos, y así evitar que quede en el olvido y en impunidad como en tantos otros hechos similares.