Sosúa, joya del Atlántico y cuna de diversidad cultural, ha comenzado a recibir la atención que por décadas se le negó. Gracias al presidente Luis Abinader, hoy se levantan dos obras fundamentales: el nuevo Hospital Municipal y el ambicioso proyecto de reordenamiento de Playa Sosúa. Son avances importantes y tangibles. Pero la comunidad aún espera que se aborde de forma clara, frontal y definitiva el problema más crítico del casco urbano: la prostitución callejera y el caos moral que ha convertido al centro de Sosúa en tierra de nadie.
El presidente no puede alegar desconocimiento. Fue él mismo quien, antes de ocupar la silla presidencial, encabezó la Asociación de Hoteles y Restaurantes de Sosúa y Cabarete. Desde allí exigía, con razón, soluciones que hoy, como jefe de Estado, tiene en sus manos implementar.
No se trata de prejuicios. Se trata de dignidad, seguridad y desarrollo sostenible. La prostitución desbordada —con señales de trata de personas, proxenetismo e incluso explotación infantil— no puede seguir marcando el pulso de un municipio que tiene todo para ser un modelo turístico del Caribe. El casco urbano debe ser devuelto a las familias, a los niños, a los emprendedores, al turismo sano y respetuoso que deja beneficios incalculables.
La Ley 176-07, que regula los gobiernos locales, ha sido sistemáticamente ignorada por el propio Ayuntamiento de Sosúa. Las autoridades municipales han desobedecido resoluciones emanadas de las organizaciones comunitarias, en una muestra de desinterés o complicidad vergonzosa. Y esa omisión también es responsabilidad del gobierno central si permanece en silencio.
No aprovechar este momento histórico, con un presidente que es hotelero, economista y que entiende el turismo como ningún otro antes, sería un error imperdonable. Si no se actúa ahora, Sosúa podría colapsar moral, social y económicamente.
Presidente Abinader, usted ha demostrado que puede actuar con decisión. Lo hizo en la playa. Lo hizo con la salud. Pero el corazón urbano de Sosúa sigue enfermo. Y solo usted puede aplicar el tratamiento correcto.
Sosúa no puede esperar más. Es tiempo de terminar lo que comenzó.