Jarabacoa, República Dominicana – En el marco del Festival de las Flores de Jarabacoa, tuvimos la oportunidad de visitar la prestigiosa fábrica Belarminio Ramírez e Hijos, un ícono de la tradición cafetalera dominicana con más de 80 años de historia.
Acompañado de mi familia, fuimos testigos del extraordinario proceso industrial que transforma el grano de café en uno de los productos más valorados tanto a nivel nacional como internacional. Ver de cerca el ciclo completo —desde el secado, selección, tueste y empaque— fue una experiencia educativa y profundamente inspiradora.
Fundada en 1943 por Don Belarminio Ramírez en la comunidad de Juncalito, esta empresa inició con métodos artesanales y hoy representa una de las principales exportadoras de café de calidad en el país. Desde 1981, su planta opera en Jarabacoa, cultivando café arábica en más de 350 hectáreas ubicadas entre los 800 y 1,500 metros de altitud en la Cordillera Central.
Actualmente, aproximadamente el 60 % de su producción se exporta a mercados exigentes como Italia, Japón, Alemania, Estados Unidos y Corea. Entre sus marcas más destacadas figuran Monte Alto y Ramírez Estate “Honey”, este último reconocido por Coffee Review como uno de los mejores cafés del mundo.








Además de su excelencia en calidad, Belarminio Ramírez e Hijos sobresale por su compromiso ambiental y social. Sus procesos incluyen el uso de biodigestores, programas de reforestación y proyectos de impacto comunitario, lo que le ha valido certificaciones internacionales de sostenibilidad.
En manos de su tercera generación familiar, esta empresa continúa siendo un ejemplo de cómo se puede preservar la herencia dominicana mientras se impulsa la innovación y la responsabilidad con el entorno.
Una visita que nos conectó con la esencia del buen café y la pasión de quienes lo producen.