Si bien es muy cierto que, como dijo alguna vez Ian Malcolm en Jurassic Park, "la vida encuentra un camino", ese camino a veces puede desviarse bastante del camino trillado.
Uno de los ejemplos más bellos y extraños de esto es el pez barril del Pacífico (Macropinna microstoma), un pez pequeño que vive en el océano crepuscular a profundidades de 600 a 800 metros.
La mayoría de los animales con ojos los tienen ubicados en algún lugar de la superficie de la cara, pero el barreleye es muy diferente, informa Science Alert.
Sus ojos están en la cara, dos ojos tubulares rematados con cúpulas extremadamente sensibles a la luz, que apuntan hacia arriba y están alojados en la cabina transparente y llena de líquido de su frente.
Hay mucho que desconocemos sobre estos misteriosos peces. Por ejemplo, desconocemos cómo se reproducen.
Muchos dibujos científicos a lo largo de los años no incluyeron la cúpula, ya que la familia se conocía a partir de muestras extraídas del océano, probablemente destruyendo la delicada cúpula en el proceso, indica Science Alert.

Unos ojos increíbles
Los científicos también habían asumido durante muchos años que los ojos del pez estaban fijos en una posición, como los ojos tubulares de los búhos; no fue hasta el 2009 que descubrimos que también podían apuntar sus ojos hacia adelante.
Esos ojos son una herramienta poderosa para los peces de barril. Tienen un cristalino grande y una gran cantidad de bastones (sin conos). La cúpula transparente probablemente protege los ojos de las células urticantes de los animales que cazan, además de captar más luz, como una lupa.
Otras dos especies de tiburón barril, Rhynchohyalus natalensis y Dolichopteryx longipes, son los únicos vertebrados conocidos que utilizan un espejo para enfocar sus ojos, dice Science Alert.

Solo una pequeña cantidad de luz penetra el agua para alcanzar las profundidades donde viven. Miran hacia arriba a través de la columna de agua para aprovechar al máximo esa luz y vislumbrar a sus depredadores y presas.

Poseen aletas planas que les permiten maniobrar con precisión; incluso pueden flotar inmóviles en el agua. Sus diminutas bocas indican una alimentación precisa, pero poseen un amplio sistema digestivo capaz de manipular una amplia variedad de presas a la deriva, desde plancton hasta medusas y crustáceos, informa Science Alert.
Estos pequeños peces se encuentran en contadas ocasiones durante expediciones oceánicas. Sin embargo, todo lo que sabemos sobre ellos sugiere que son pequeños supervivientes tenaces que aprovechan al máximo su extraña existencia en la inquietante oscuridad.




