Verón-Punta Cana. – “¿Será que este es mi final?” Esa fue la desgarradora frase que retumbó en la mente de María Casilda, una mujer oriunda de Santo Domingo, mientras luchaba por su vida en las oscuras aguas del mar Caribe, tras el naufragio de una yola que intentaba llegar a Puerto Rico la madrugada del viernes, frente a las costas de Playa Juanillo, en Verón, Punta Cana.
María, aún visiblemente afectada, narró que no sabía nadar, pero logró sobrevivir gracias a la ayuda de un joven con chaleco salvavidas que la acercó a una boya.
“Me dije: mi hija me necesita. Ese pensamiento me dio fuerzas”, expresó entre lágrimas.
Según relató, el capitán del bote intentó regresar al percatarse de que había demasiadas personas a bordo, pero los motores fallaron.
“La yola se hundió con todos adentro… algunos se tiraban al agua y no sabíamos si iban a salir”, agregó con la voz entrecortada.
“No lo hagan, no vale la pena”
Casilda hizo un llamado a quienes contemplan la idea de lanzarse a este tipo de travesías ilegales:
“De lejos se ve bonito, pero en el camino todo se complica. No lo hagan.”
Su testimonio no solo humaniza la tragedia, sino que también refleja el nivel de desesperación y las esperanzas rotas de quienes, por necesidad o engaño, se embarcan en viajes peligrosos en busca de un mejor destino.
La entrevista fue realizada por la periodista Patricia Heredia del Diario Libre, a quien se le reconocen los créditos por recoger este poderoso relato.






