Por: Félix Aramis Ciriaco Green.-
Sosúa, Puerto Plata.- Sosúa, enclave costero de Puerto Plata, no solo es conocido por la majestuosidad de su playa —considerada entre las diez más hermosas del Caribe—, sino también por ser cuna de historias únicas y pioneras que marcaron el rumbo de la región.
Durante las décadas de los años 60 y 80, Sosúa fue un punto clave en el desarrollo económico y social del país gracias a dos recursos únicos en toda Latinoamérica y el Caribe:
1. La fábrica de productos lácteos y cárnicos “Productos Sosúa”, fundada por los colonos judíos que llegaron tras escapar del horror nazi en Europa. Aquellos inmigrantes convirtieron un territorio poco valorado por los nativos en un modelo de trabajo, dignidad y desarrollo industrial.
2. La familia Inoa, pionera en la venta artesanal en playa Sosúa. En una época donde ni siquiera se conocían las palabras “turismo” o “artesanía”, los Inoa, emigrantes desde Santiago y Montellano, bajaban cada mañana al Charamico con canastas, sombreros, macutos y artículos tejidos en cabuya, guano y cana, que ofrecían bajo la sombra de un árbol de caoba.
“No se entendía para venderle a quién”, recuerda el autor, resaltando cómo esta familia sembró la semilla de lo que décadas después se convertiría en el mercado artesanal de la playa.
A lo largo del tiempo, Sosúa ha recibido olas migratorias con diferentes propósitos, pero nunca comparables al impacto transformador y visionario de los judíos refugiados y los hermanos Inoa.
Hoy, el autor reflexiona con nostalgia:
“Los tiempos de antes nunca serán superados por los tiempos de hoy… ¡Qué pena tan penosa!”
Una expresión que encapsula el contraste entre el pasado productivo, familiar y respetuoso de Sosúa, frente a los desafíos sociales y culturales actuales.