Colombia.- Lo tuvo todo: fama, belleza y portadas de revista. Fue modelo de Stock Models, desfiló con tacones de lujo y era deseada en cada escenario que pisaba. Pero detrás de las luces, había una oscuridad que ni el maquillaje ni los aplausos podían ocultar.
“Lo perdí todo. Mi casa. Mi dignidad. Mi reflejo.
No me volví adicta por tonta, sino por vacía.
Por no saber quién era sin un vestido bonito.
Por buscar amor donde solo había abuso.”
Desde niña, cargaba heridas invisibles. Cuando la fama llegó, pensó que la curarían. Pero solo las ocultaron mejor. Y cuando los focos se apagaron, llegaron las sombras: primero las fiestas, luego las “amistades equivocadas” y, finalmente, la droga.
“El encendedor con el que encendía lo que me hacía olvidar quién era…
era lo único que seguía brillando.”
Las calles se volvieron su pasarela diaria. Dormía donde podía, comía lo que encontraba. Algunos la reconocían y les dolía verla así. Otros fingían no verla… y eso dolía más.
Pero una chispa encendió el cambio. Un día, alguien se acercó no para juzgarla, sino para preguntarle su nombre. La escuchó. Y eso fue suficiente para despertar en ella la voluntad de luchar.
Hoy, Ingrid Karina pelea cada día para mantenerse limpia y reencontrarse. Sabe que el éxito sin amor es una caída esperando suceder.
“Aunque todos me olvidaron, Dios no lo hizo.
Él me esperó en la calle.
No necesita un cuerpo perfecto ni un pasado limpio…
solo un corazón dispuesto a volver a casa.”
Su historia, documentada por medios como Infobae, El Tiempo y AS Colombia, y viralizada en TikTok por la usuaria @carolinacb08, es un recordatorio de que siempre hay segundas oportunidades.
📌 Reflexión: A veces, un testimonio nace justo después del colapso. Si conoces a alguien que está cayendo, escúchalo antes de que toque fondo. Tu voz puede ser esa chispa.




