¿Cómo se trata el dolor lumbar crónico? Aquí algunas recomendaciones:
Manténgase activo: caminar, subir escaleras y romper el sedentarismo reduce el dolor y mejora la función. Procure 150 minutos semanales de actividad moderada y 60-90 minutos de ejercicios de fuerza, ajustados a su nivel.
Sueño: un horario regular y un entorno oscuro y silencioso ayudan a modular el dolor.
Estrés: la respiración diafragmática, el mindfulness y la terapia cognitivo-conductual reducen miedo al movimiento y catastrofización, factores que amplifican el dolor crónico.
Ergonomía razonable: adapte su puesto, pero evite la “hiperprotección”. Lo esencial es alternar posturas, hacer pausas activas y fortalecer el tronco; no existen sillas o fajas “milagrosas”. NICE desaconseja ortesis para dolor lumbar inespecífico.
Peso y hábitos: mayor Indice de masa corporal (IMC) y tabaquismo se asocian a más dolor y discapacidad; pequeñas mejoras sostenidas impactan la función.
Ejercicio terapéutico
Lo principal es hacer ejercicio, preferiblemente en programas estructurados para la persona. La evidencia de revisiones sistemáticas indica beneficios pequeños a moderados en dolor y función frente a la atención habitual.
Señales de alarma pérdida de fuerza o sensibilidad progresiva, fiebre, pérdida de peso inexplicada, incontinencia o retención urinaria, dolor nocturno intenso, entre otros problemas de salud.




