Puerto Plata. – La muerte de un ciudadano norteamericano de 63 años, originario de Utah, supuestamente a manos de una joven vinculada a la prostitución en Sosúa, no es solo un hecho aislado de sangre: es el reflejo de una realidad dolorosa que viene marcando este municipio turístico desde hace décadas.
El extranjero había estado compartiendo varios días con la joven, hasta que el desenlace fatal estremeció a la comunidad. Según las investigaciones, luego de cometer el hecho, ella buscó a su pareja sentimental para ocultarse. Ambos se entregaron al día siguiente a la Policía Nacional en Sosúa, presionados por el ambiente mediático y el cerco de las autoridades.
Un espejo de la degradación social
Este caso expone la cara más amarga de la prostitución. La joven acusada, en lugar de estar desarrollándose en un camino educativo o profesional, terminó atrapada en un círculo vicioso donde el dinero fácil, la presión de una pareja con supuestos hábitos de consumo de drogas y la ausencia de oportunidades la condujeron a una vida marcada por el riesgo y la ilegalidad.
La prostitución en Sosúa no puede entenderse solo como un fenómeno de mujeres en las calles; detrás hay redes, proxenetismo, consumo de sustancias, trata de personas y una normalización que ha permitido que, durante años, el destino turístico cargue con una marca negativa ante el mundo.
La respuesta de las autoridades
Las instituciones han reaccionado, pero la magnitud del problema exige más. La Fiscalía Especial de Sosúa, dirigida por la magistrada Yudelka Núñez, juega un rol clave en las investigaciones y operativos focalizados. El procurador fiscal de Puerto Plata, Kelmi Duncan, ha coordinado acciones conjuntas con la Policía Nacional para enfrentar delitos vinculados a la prostitución y la violencia.
En el plano nacional, la procuradora adjunta Jenny Berenice Reynoso impulsó la creación de esta fiscalía especializada como parte de la Operación Atlántico, mientras que la ministra de Interior y Policía, Faride Raful, ha lanzado advertencias firmes sobre la necesidad de rescatar la imagen de Sosúa.
El propio presidente de la República, Luis Rodolfo Abinader Corona, ha expresado en reiteradas ocasiones que su gobierno no permitirá que Sosúa continúe siendo identificado con la prostitución y ha dado respaldo a acciones concretas de erradicación.
Una herida que golpea al turismo
La tragedia del ciudadano norteamericano no solo enluta a una familia en Utah; también golpea la confianza en la seguridad del turismo en Puerto Plata. Casos como este proyectan una imagen peligrosa del destino y ponen en entredicho años de esfuerzos de empresarios y comunitarios por presentar a Sosúa como un espacio de convivencia sana, cultural y familiar.
La prostitución es un problema que genera réditos económicos para algunos negocios que, aunque no actúen como proxenetas directos, utilizan la presencia de mujeres jóvenes como carnada para atraer turistas, vender alcohol a precios elevados y sostener un sistema que degrada vidas.
Nuestro llamado
Desde InfoENN consideramos que este hecho debe ser un punto de inflexión. La lucha contra la prostitución en Sosúa no puede limitarse a operativos esporádicos ni a declaraciones públicas. Requiere voluntad política, judicial y social. Requiere que los ciudadanos no se resignen, que los empresarios no se conviertan en cómplices silenciosos y que la juventud tenga opciones reales de educación, empleo y desarrollo.
Sosúa no puede seguir siendo un símbolo de turismo sexual y violencia. La muerte de este extranjero nos recuerda que detrás de cada caso hay vidas destruidas, familias rotas y un país que arriesga su imagen internacional. Es momento de actuar con más firmeza que nunca.