Puerto Plata.- Hace algunos años, el merenguero típico conocido como El Rubio del Acordeón se convirtió en un fenómeno de popularidad tras lanzar el corte adaptado “Mariela”. Con ese tema logró salir del anonimato y sonar con fuerza a nivel nacional, al igual que lo hicieron en su momento El Blachy y más recientemente Dalvin “La Melodía”.
El éxito fue impulsado por el poder de las redes sociales, una herramienta que hoy convierte canciones en virales y que, en pocos meses, puede catapultar a los artistas al estrellato. Sin embargo, como señalan expertos de la industria, estas “pegadas relámpago” suelen durar poco si no se manejan adecuadamente, corriendo el riesgo de pasar sin pena ni gloria.
En pleno apogeo, El Rubio viajó a los Estados Unidos y se presentó en diferentes escenarios, vendiéndose con precios que muchos conocedores del negocio calificaron como demasiado altos para la etapa de su carrera. El tiempo pasó y, según se ha conocido, la popularidad del artista ha disminuido de manera sorprendente.
Prueba de ello es que en días recientes se presentó en un centro de diversión en la ciudad de Nueva York, donde, de acuerdo con testigos, la asistencia fue mínima, muy distante de aquellos tiempos en los que su música sonaba como “cucaracha en un gallinero”.
Este caso refleja la volatilidad de la música típica en la era digital y la importancia de una estrategia de manejo artístico que permita convertir un éxito momentáneo en una carrera sólida y sostenible.
