PUERTO PLATA.- En las costas del Atlántico, especialmente en la costa norte de la República Dominicana, crece un fruto pequeño y peculiar que forma parte de la identidad tropical: la uva de playa. Este racimo de bayas redondeadas, que varía entre tonos verdes, rojos y morados, no solo es símbolo del Caribe, sino también un alimento cargado de nutrientes y tradición.
Historia y presencia en el Caribe
La uva de playa (Coccoloba uvifera) es originaria de las costas tropicales del continente americano y se ha convertido en un elemento emblemático de las playas dominicanas. Su frondoso árbol, resistente a la brisa salina y al sol, ha servido durante siglos como sombra natural para pescadores y visitantes. En la cultura popular, las familias suelen degustar sus racimos frescos o utilizarlos en la elaboración de vinos y jaleas artesanales.
Sabor y usos
Su sabor, agridulce y refrescante, evoca la esencia del Caribe. Se consume directamente del racimo, pero también se aprovecha en mermeladas, jugos, dulces caseros y hasta vinos artesanales muy populares en comunidades costeras.
Vitaminas y beneficios para la salud
Más allá de su encanto cultural, la uva de playa es rica en nutrientes:
• Vitamina C, que fortalece el sistema inmunológico.
• Vitamina A, importante para la vista y la piel.
• Fibra natural, que favorece la digestión.
• Antioxidantes, que ayudan a combatir el envejecimiento celular.
• Minerales como calcio y hierro, que contribuyen al bienestar general.
Su consumo regular aporta hidratación natural, energía ligera y un refuerzo al organismo, convirtiéndose en un aliado contra el calor tropical y un complemento para una dieta saludable.
Un tesoro que une naturaleza y turismo
Además de su valor nutritivo, la uva de playa es parte del atractivo natural que acompaña a los turistas que visitan Puerto Plata, Sosúa, Cabarete y otras playas de la región norte, donde disfrutan no solo del paisaje, sino también de esta joya gastronómica caribeña.