Santiago de Chile. – El Mundial Sub-20 ha sido, a lo largo de los años, una plataforma de lanzamiento para grandes figuras del fútbol mundial. Desde Diego Armando Maradona en Japón 1979 hasta Lionel Messi en Países Bajos 2005, este torneo juvenil ha servido como vitrina para talentos que luego marcarían la historia del balompié.
Maradona, con seis goles y el título de campeón, fue elegido mejor jugador del torneo en su debut internacional, consolidándose como la gran promesa argentina. En Chile 1987, el croata Robert Prosinecki lideró a la generación dorada de Yugoslavia y se llevó el premio al mejor jugador, camino a una carrera estelar con el Estrella Roja.
En Nigeria 1999, el español Iker Casillas, que inició como suplente, se convirtió en héroe en los cuartos de final al detener penales decisivos, ayudando a España a coronarse campeona.
El turno de Lionel Messi llegó en 2005: con goles en todas las rondas eliminatorias y un doblete en la final, el rosarino se consagró como máximo anotador y mejor jugador del torneo, confirmando el nacimiento de una leyenda.
Por su parte, el ghanés André Ayew fue clave en Egipto 2009, cuando llevó a Ghana al único título Sub-20 conquistado por una selección africana, consolidándose como líder de una generación histórica.
De esta manera, el Mundial Sub-20 continúa siendo un escenario donde jóvenes talentos presentan sus credenciales al mundo, antes de convertirse en ídolos absolutos de este deporte.