Sosúa, Puerto Plata.– La indignación crece entre los residentes de Sosúa, donde las calles están destruidas, los drenajes pluviales brillan por su ausencia y las autoridades municipales, encabezadas por el alcalde Wilfredo Olivences (El Chamo), parecen indiferentes ante el deterioro generalizado del municipio.
En sectores populares y turísticos como Los Charamicos, El Batey, Maranatha, La Unión, Bella Vista, Cangrejos y Sosúa Abajo, la situación es crítica. Muchas vías no tienen drenaje pluvial y en las pocas donde existe, no reciben mantenimiento, lo que provoca inundaciones cada vez que llueve y convierte las calles en verdaderos lodazales.
“Aquí no hay forma de transitar. Los hoyos, el agua estancada y la basura son el pan de cada día. Nadie entiende en qué se está gastando el dinero del pueblo”, expresaron residentes de El Batey.



Los comunitarios denunciaron que, pese a los ingresos municipales y al constante flujo de turistas nacionales e internacionales, el Ayuntamiento mantiene paralizadas las obras básicas, mientras la ciudad luce abandonada y sucia.
“No se entiende para qué el alcalde guarda el dinero del pueblo si no lo invierte en lo que realmente necesita la comunidad. Sosúa no puede recibir visitantes en estas condiciones”, manifestó un comerciante de Los Charamicos.



La falta de inversión en infraestructura, drenaje, asfaltado y limpieza urbana ha provocado un profundo malestar entre la población, que considera inaceptable que un municipio turístico como Sosúa presente un panorama tan deplorable.
“Hablan de turismo y de desarrollo, pero no hay calles transitables, ni aceras, ni desagües. Esto es una vergüenza para un destino que recibe miles de visitantes cada mes”, agregó un dirigente comunitario.
Los residentes hicieron un llamado enérgico al alcalde Wilfredo Olivences y al Concejo de Regidores para que rindan cuentas sobre el uso de los fondos municipales y ejecuten, de manera inmediata, un plan integral de mantenimiento vial y pluvial que devuelva la funcionalidad y dignidad a Sosúa.
🔹 El pueblo exige acción, no excusas.