Sosúa, Puerto Plata. — En la historia del deporte motor dominicano, pocos nombres evocan tanto respeto y admiración como el del Maestro Benny Katz, ex campeón de la Motovelocidad Dominicana, oriundo del municipio turístico de Sosúa, Puerto Plata.
Katz se destacó no solo por su destreza y valentía en la pista, sino también por su disciplina, inteligencia y profundo respeto hacia sus compañeros, cualidades que lo convirtieron en un referente del motociclismo nacional. Compitió junto a reconocidos pilotos como Daniel Abreu y Rudolf Von Lignau (de Haití), dejando una huella imborrable en el deporte de velocidad.
Una de las anécdotas más recordadas de su carrera ocurrió en los años 80 y 90, durante una competencia en el desaparecido Autódromo Internacional La Cumbre, en Villa Altagracia, provincia San Cristóbal. En medio de las pruebas de calentamiento, el acelerador de su Suzuki 1100 cc modificada (1988 aprox.) se atascó, provocando una fuerte caída que afectó gravemente sus manos.



A pesar del dolor, el piloto decidió vendarse las manos, colocarse los guantes y salir a competir, demostrando una vez más su coraje y determinación. Según testigos, Benny Katz logró alcanzar el podio —y posiblemente el primer lugar— en la Categoría Libre Super-Bike (LSB), recibiendo la ovación del público por su hazaña.


Tras su retiro de las pistas, Benny Katz se consagró al Señor Jesús como su Salvador, junto a su esposa y varios de sus familiares, quienes —a pesar de pertenecer a la comunidad judía— reconocieron en fe que el Mesías ya había llegado. Ese cambio marcó un nuevo capítulo en su vida, orientado a la fe, la humildad y el servicio.
Aunque su carrera deportiva fue breve, su ejemplo de nobleza, valentía y transformación espiritual continúa inspirando a generaciones. Hoy, muchos reconocen que nunca se le ha rendido el homenaje que realmente merece por su legado humano y deportivo.
Desde InfoENN, rendimos tributo al Gran Benny Katz, un verdadero ejemplo de talento, fe y grandeza.
✍️ Por: Mario Torres