A propósito de las lluvias y los fenómenos atmosféricos que impactan la República Dominicana, es importante recordar otro problema que también amenaza a nuestras comunidades: la contaminación del río Sosúa.
Desde su nacimiento hasta su desembocadura, el río arrastra miles de plásticos, vasos, termos, platos y desechos de todo tipo, lanzados por ciudadanos que aún no toman conciencia del daño que esto provoca.
Lo más preocupante es que, pese a la magnitud del problema, las autoridades no aplican sanciones a quienes contaminan el río, ni se observan acciones efectivas de educación ambiental o limpieza permanente.
Cada botella, vaso o funda arrojada al agua termina en el mar, afectando no solo la salud y el medioambiente, sino también la imagen turística del municipio de Sosúa, cuyo mayor atractivo son precisamente sus playas.
Los desechos que se lanzan desde sectores como Bellavista, Maranatha, Sosúa Abajo y zonas aledañas acaban flotando frente a la costa donde cada día llegan cientos de visitantes.
Si no hay un cambio de actitud, ni ciudadanía ni autoridades podrán detener el daño ambiental que avanza silenciosamente bajo cada lluvia.
Cuidar el río Sosúa es cuidar nuestra principal fuente de vida, trabajo y orgullo local.
✍️ Por: Junior Henríquez
