Decenas de familias resultaron damnificadas por las crecidas de cañadas y otras comenzaron a recibir las aguas del río Ozama, debido a las intensas lluvias provocadas por la tormenta tropical Melissa, en el Distrito Nacional y el Gran Santo Domingo.
En el sector Villa Marina, a la altura del kilómetro 9½ de la autopista Duarte, más de un centenar de familias se vieron obligadas a abandonar sus hogares y pasar la noche en casas de vecinos o familiares en zonas más altas, debido al desbordamiento de las cañadas JuanValdez y Gracia de Dios.
Luisa Concepción, presidenta de la Junta de Vecinos Juan Valdez, relató que pasada la noche del viernes los moradores que viven próximos a la cañada tuvieron que huir apresurada[1]mente hacia la parte alta del barrio para evitar ser arrastrados por el agua.
“Mira dónde estamos, arrimados donde nos han dado auxilio, porque los ranchitos donde vivimos fueron tapados por la cañada. Y esto no se sabe hasta cuándo, porque todo son promesas y promesas”, expresó la comunitaria.
Concepción deploró que, pese a las constantes denuncias, la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (Caasd) lleve más de dos años prometiendo la solución definitiva al problema de la cañada Juan Valdez, sin concluir los trabajos.
“Han traído alcantarillas a la zona, pero los trabajos no arrancan y esto es una emergencia. Gracias a Dios no ha habido tragedias, pero cuando llueve nadie duerme, porque sabemos que las aguas van a entrar y tenemos que salir huyendo”, explico.
Durante el aguacero, una pared se desplomó en uno de los callejones, aunque por fortuna no hubo heridos. Según los vecinos, alrededor de cien viviendas quedaron bajo agua y muchas familias permanecían fuera de sus casas ante la persistencia de las lluvias. La dirigente comunitaria aseguró que, tras los trabajos de encubrimiento de la cañada Gracia de Dios, el desbordamiento de la Juan Valdez se ha agravado, debido a que aquella actúa como una barrera natural que impide el flujo normal de las aguas.
“Parece que las alcantarillas que colocaron son de menor tamaño y cuando llueve se tapan; por eso la cañada se desborda con más fuerza”, denunció.
Pérdidas en negocios
Entre los afectados se encuentra Santiago Jerez, propietario del colmado del mismo nombre, quien perdió todas las mercancías que tenía en el piso, tales como arroz, azúcar, sal y otros productos básicos, tras el paso de la cañada por su establecimiento.
“En noviembre del año pasado perdí todo: mercancías y equipos de refrigeración. Tuve que endeudarme para reponer el negocio y ahora temo que vuelva a pasar lo mismo”, lamentó Jerez, mientras mostraba el agua que le llegaba casi a la cintura.
El Ozama en alerta
El río Ozama también comenzó a mostrar un alto nivel de crecida desde ayer, arrastrando lilas, troncos y desechos sólidos. Las familias que habitan en sus márgenes, especialmente en La Javilla, Ribera del Ozama y Las Lilas, en Santo Domingo Este, permanecen en alerta y listas para evacuar si el nivel del ríocontinúa subiendo.
“Después de 24 a 48 horas de lluvias en la cuenca alta, el río baja con mucho volumen. Por eso estamos atentos y sin dormir hasta que el tiempo mejore”, explicó Andrés Ruiz, presidente de la Junta de Vecinos Ribera del Ozama.
Ruiz pidió la intervención del Plan Social de la Presidencia, ya que muchas familias de la zona viven del “chiripeo” y no han podido salir a trabajar por las lluvias. Indicó que, en caso de emergencia, los refugios habilitados serían la iglesia católica de Los Mina Viejo, Escuela Las Abejas y el Liceo Ramón Emilio Jiménez.
Zonas afectadas en Sabana Perdida
En los sectores Los Coordinadores y Las Cucarachas, en Sabana Perdida, las aguas del Ozama comenzaron a entrar a las viviendas desde media mañana de ayer, obligando a muchas familias a evacuar.
María Torres, madre de tres niños, relató que desde el mediodía sacó a sus hijos hacia una parte más alta del barrio, ante la inminencia de que el agua cubriera su casa.
De igual forma, Mercedes de los Santos llevó a su hijo de cinco años a casa de un vecino en la parte alta del barrio Las Cucarachas, al recordar que en ocasiones anteriores el agua ha llegado a tapar por completo su vivienda.




