Por primera vez, un estudio científico realizado en el norte de Alemania ha documentado que las ratas pardas (Rattus norvegicus) son capaces de cazar murciélagos en pleno vuelo, revelando un comportamiento depredador inédito que podría tener consecuencias importantes para la salud pública y la conservación de especies.
El hallazgo, publicado por investigadores alemanes tras años de observación con cámaras infrarrojas y térmicas en dos cuevas urbanas (Segeberg y Lüneburg Kalkberg), muestra que las ratas no solo cazan murciélagos en el suelo, sino que también los interceptan en el aire, utilizando sus patas delanteras para atraparlos con precisión en completa oscuridad.
Los científicos advierten que este comportamiento podría favorecer la transmisión de patógenos entre ambas especies, ya que los murciélagos y las ratas son reservorios naturales de virus como los coronavirus y los paramixovirus. Según el estudio, este contacto directo abre una nueva vía potencial para el intercambio de enfermedades que podrían llegar a los humanos y animales domésticos.
“Este estudio demuestra por primera vez la depredación sistemática de Rattus norvegicus sobre murciélagos en hibernáculos urbanos. Esto no solo implica un riesgo para la conservación de los murciélagos, sino que plantea un nuevo escenario para la transmisión de patógenos”, advierten los autores.
Durante las observaciones, las cámaras registraron 30 intentos de caza y 13 muertes confirmadas de murciélagos Myotis, lo que demuestra que se trata de un patrón de conducta recurrente y no de un hecho aislado. En otra cueva, los investigadores hallaron acumulaciones de cadáveres de murciélagos con marcas de mordeduras, evidencia de ataques similares.
Los especialistas estiman que una colonia urbana de 15 a 60 ratas podría llegar a eliminar entre 2,100 y 8,400 murciélagos cada invierno, afectando poblaciones de especies esenciales para el equilibrio ecológico, ya que los murciélagos contribuyen al control de insectos y a la polinización.
El equipo recomienda implementar estrategias de manejo de roedores en zonas urbanas y refugios naturales, para mitigar los riesgos tanto ecológicos como sanitarios, dentro de un enfoque de “Una Salud”, que vincula la salud humana, animal y ambiental.
Aunque los expertos aclaran que el estudio no identifica un riesgo zoonótico inmediato, sí advierte que el contacto creciente entre ratas y murciélagos en entornos urbanos podría alterar los patrones de enfermedades conocidas y facilitar nuevas rutas de transmisión viral.





