Rom Braslavski, uno de los 20 rehenes israelíes liberados el pasado 13 de octubre tras el alto el fuego entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, reveló en una entrevista televisiva haber sido víctima de presunto abusos sexuales durante los dos años que permaneció cautivo en el enclave palestino.
En un adelanto de la conversación difundido por el canal 13 de Israel, Braslavski relató que fue retenido por la Yihad Islámica Palestina, cuyos miembros lo despojaron de su ropa y lo mantuvieron desnudo durante parte de su cautiverio. “Me ataron por el…”, alcanzó a decir entre lágrimas, antes de detenerse por la carga emocional del relato.
“Es violencia sexual. Su objetivo era humillarme, pisotear mi dignidad, y eso es exactamente lo que hizo él”, narró el joven de 21 años, quien fue secuestrado mientras trabajaba como guardia de seguridad en el festival de música Nova, el mismo día en que se desató el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
Braslavski describió los abusos y las condiciones inhumanas de su encierro. “Cuando estaba completamente desnudo, desgarrado, muerto de hambre, le rezaba a Dios: ‘Sálvame, sácame de esta situación’”, dijo con la voz entrecortada.
Al ser preguntado si consideraba lo ocurrido un asalto sexual, respondió con firmeza: “Sin ninguna duda. Me abusaron en varias ocasiones”. Añadió que hablar del tema le resulta extremadamente difícil: “Eso es lo peor. Solo rezas a Dios para que pare”.
El joven relató que sobrevivió a lo que describió como un “infierno diario”, en el que las golpizas, la desnutrición y los abusos eran constantes. “Cada día me decía: he sobrevivido otro día en el infierno. Mañana me despertaré en otro infierno… y así sin fin”, expresó.
Durante su cautiverio, la familia de Braslavski recibió la primera prueba de vida en marzo de 2024, a través de otro exrehén que compartió celda con él. En agosto, Hamás difundió un video en el que se le veía extremadamente delgado y con heridas visibles, observando imágenes de niños desnutridos en una pantalla.
El testimonio de Braslavski ha generado profunda conmoción en Israel, donde organizaciones de derechos humanos y sobrevivientes han exigido una investigación internacional independiente sobre los abusos cometidos contra los rehenes durante su detención en Gaza.
