"La Casa de Alofoke 2”, el reality que convirtió a República Dominicana en un gigantesco experimento social, según el sociólogo Celedonio Jiménez

El sociólogo advierte que el éxito del reality refleja una cultura de evasión y consumo masivo que redefine la identidad colectiva del país Figuras políticas, artistas y medios internacionales hablan del programa que ha transformado el entretenimiento en una conversación nacional

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Santo Domingo.- “El éxito de La Casa de Alofoke no puede explicarse solo desde el entretenimiento; es un reflejo de las transformaciones culturales, sociales y económicas del país”, afirma el sociólogo Celedonio Jiménez.

Desde su mirada crítica, el fenómeno mediático creado por Santiago Matías (Alofoke) es más que un simple reality show transmitido 24/7 en YouTube: es una radiografía de la sociedad dominicana contemporánea.

“Vivimos en una época donde el consumo incluido el de espectáculos se ha convertido en una forma de identidad y pertenencia. La Casa de Alofoke reúne a figuras con millones de seguidores, y su éxito demuestra cómo el entretenimiento digital se ha vuelto una herramienta de influencia y construcción social”, explica Jiménez profesor emérito de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Celedonio Jiménez

Un fenómeno de masas que trasciende pantalla

Desde su estreno el 21 de octubre, la segunda temporada de La Casa de Alofoke ha sacudido el panorama mediático nacional. El programa, producido por el empresario y comunicador Santiago Matías, ha captado la atención de todo el país, convirtiéndose en tema de conversación en colmados, oficinas, escuelas y redes sociales.

El formato, que permite seguir en vivo la convivencia y los conflictos entre los participantes, ha creado una sensación de conexión colectiva.

En supermercados y bancos, el debate gira en torno a quién discutió con quién o quién fue eliminado. Lo que ocurre dentro de la casa parece importar tanto como lo que sucede fuera de ella.

Incluso el presidente Luis Abinader hizo una referencia indirecta al programa en su cuenta de Instagram, al compartir una publicación con el hashtag #TeamFruta, en alusión al creador de contenido Andy de la Cruz “La Fruta”, uno de los concursantes más populares.

Colmado Casa de Alofoke 2


Figuras como Carolina Mejía,alcaldesa del Distrito Nacional, el Salón de la Fama David Ortiz, el primera base de los Azulejos de Toronto, Vladimir Guerrero Jr. y José Reyes también se han sumado al fenómeno, comentando sobre el reality o interactuando con sus participantes.

Una nueva “plaza pública digital”

Para Jiménez, el éxito de este formato está ligado al poder de las redes sociales como espacios de participación simbólica.

“La Casa de Alofoke 2 funciona como una plaza pública virtual. Millones de personas viven la experiencia a través de sus pantallas, opinan, se emocionan, se enojan. Es una forma moderna de convivencia colectiva, pero mediada por la tecnología”, explica.

El miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, considera que, aunque el formato ofrece un acceso libre y democrático gracias a plataformas como YouTube, su contenido tiende a reforzar patrones de consumo emocional más que de reflexión crítica.

“El público participa simbólicamente, pero lo que observa no siempre contribuye a su formación o crecimiento personal. Es entretenimiento puro, diseñado para generar adicción emocional y comercial”, apuntó.

Los cortes más polémicos del programa se difunden por TikTok, Instagram y X (Twitter), multiplicando su alcance. Cada discusión o romance se convierte en tendencia, generando millones de vistas y reacciones en cuestión de horas.

Entretenimiento o evasión colectiva

Más allá de su impacto mediático, Jiménez advierte que el auge de programas como La Casa de Alofoke refleja tensiones sociales profundas.

Esta fiebre por el espectáculo muestra las frustraciones y necesidades que persisten en la sociedad. Muchos buscan en estos programas una forma de escape frente a la precariedad material y emocional de la vida cotidiana”, afirma.

El académico denomina este tipo de consumo cultural como una forma de “cultura chatarra”, que funciona como un “tranquilizante social”:

“La cultura chatarra busca distraer y calmar, no transformar. En lugar de promover conciencia crítica, ofrece entretenimiento que adormece la capacidad de análisis y desvía la atención de los problemas reales del país”.

La Casa de Alofoke 2
Charytín Goico y Santiago Matías inauguran “La Casa de Alofoke 2”

Jiménez cuestiona, además, la prioridad mediática que se le da al reality en momentos de emergencia social o climática.

“Mientras comunidades sufren por inundaciones o crisis sociales, el país entero parece pendiente de lo que ocurre dentro de una casa de YouTube. Esa desconexión debería preocuparnos”, reflexiona.

El poder de los creadores digitales

El elenco de La Casa de Alofoke 2 combina figuras del entretenimiento, la música urbana, el deporte y las redes socialesCarlos Montesquieu, Luis Polonia, Juan Carlos Pichardo Jr., Diosa Canales, Gracie Bon, Valka, La Perversa, Shadow Blow, Pollito Tropical, Melina Rodríguez, Dianabel Gómez, entre otros.

Algunos ya han sido eliminados.

Cada uno representa un segmento distinto del público dominicano y regional, conectando con comunidades diversas. Este mosaico de personalidades es, según Jiménez, una de las claves del éxito del programa:

“El formato reúne distintos tipos de aspiraciones sociales: fama, dinero, validación pública. Es un espejo donde cada espectador proyecta su propia búsqueda de reconocimiento”.

Una oportunidad para repensar la educación mediática

A pesar de sus críticas, Jiménez considera que el fenómeno puede ser una oportunidad educativa.

No se trata de satanizar el entretenimiento, sino de aprender a consumirlo críticamente. Los educadores y comunicadores tienen el reto de usar estos fenómenos como herramientas para enseñar pensamiento crítico, ética y discernimiento digital”.

El sociólogo sugiere que las escuelas, universidades y medios de comunicación deben incorporar programas de alfabetización mediática que ayuden a los jóvenes a comprender el impacto del contenido que consumen y comparten.

Un reflejo de la sociedad digital dominicana

La Casa de Alofoke 2 no solo domina las tendencias, sino que ha redefinido la manera en que los dominicanos consumen y conversan sobre el entretenimiento. Es, al mismo tiempo, un experimento social, un espejo cultural y un síntoma de época.

Para algunos, representa una democratización del espectáculo; para otros, un espejo de carencias y frustraciones colectivas.

A juicio de Celedonio Jiménez: “El reto no es apagar las pantallas, sino aprender a mirar con sentido crítico lo que consumimos.”

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