La tensión naval en el Caribe volvió a encenderse este viernes luego de que la Marina de Estados Unidos interceptara y detuviera el avance de un buque ruso que se aproximaba a aguas territoriales de Venezuela, según fuentes de defensa regionales.
El incidente ocurrió durante una operación de vigilancia marítima, cuando unidades estadounidenses establecieron contacto preventivo con la embarcación rusa, que navegaba sin comunicación clara y en dirección a la zona económica exclusiva venezolana.
Hasta el momento, funcionarios de Washington mantienen que la acción respondió a “protocolos de seguridad y monitoreo”, mientras que Moscú no ha ofrecido declaraciones sobre el suceso.
Analistas militares indican que este nuevo roce marítimo podría elevar la ya delicada relación entre Estados Unidos y Rusia en el hemisferio occidental, especialmente en un contexto de cooperación entre Moscú y Caracas que Washington observa con preocupación estratégica.
Las autoridades estadounidenses aseguraron que continuarán reforzando la vigilancia en el Caribe para “garantizar la estabilidad regional” y evitar movimientos que puedan interpretarse como una amenaza para los países aliados.



