Las Mirabal: El asesinato que no logró silenciar la lucha por la libertad y desencadenó la caída de Trujillo

6

Santo Domingo.- Han pasado 65 años de aquella trágica noche en la que, con su sangre, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal dejaron marcadas las huellas del camino que conduciría a la libertad dominicana.

Mártires de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, las Mirabal nacieron en Ojo de Agua, Salcedo, en el norte del país, un pueblo donde aún hoy, en cada rincón, resuenan sus consignas antitrujillistas. Hijas de una familia sin vínculos con la política, terminaron convertidas, por su conciencia crítica y su compromiso social, en uno de los principales desafíos para la maquinaria represiva del régimen.

La lúgubre noche del 25 de noviembre de 1960, las hermanas, conocidas ya como “Las Mariposas”, fueron vilmente asesinadas por hombres enviados por Trujillo. Regresaban de visitar a sus esposos en la cárcel de San Felipe, Puerto Plata, donde estos permanecían presos por integrar el Movimiento 14 de Junio, que buscaba derrocar la dictadura.

Antecedentes

El 10 de enero de 1960, jóvenes de clase media, seminaristas, obreros, campesinos, profesionales y estudiantes celebraron una Asamblea Nacional en una finca propiedad de Charlie Bogaert, en Mao, donde dejan constituido el denominado Movimiento Revolucionario 14 de Junio, inspirado en el ejemplo y en el programa de los guerrilleros de 1959. Bajo el liderazgo del abogado montecristeño Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo), el esposo de Minerva Mirabal, los catorcistas se plantean como objetivo derrocar la tiranía mediante la lucha armada.

Pero muy pronto fueron detectados por los calieses al servicio de la tiranía, como muy bien explica Rafael Chaljub Mejía en su libro «La Guerrilla del Decoro», cuando señala que el movimiento ni siquiera pudo poner a prueba su capacidad operativa.

«…diez días después de la asamblea de Mao, comenzaron las detenciones en masa, con su trágica e inevitable secuela de torturas, asesinatos y desapariciones a que usualmente recurría el régimen ante hechos como ese», dice el autor.

Las cárceles se llenaron de presos políticos de diversas partes del país.

Sin embargo, «el descubrimiento del complot sirvió para demostrar cuán extendido era el sentimiento antitrujillista», dice Chaljub Mejía.

Entre los primeros apresados figuran, además de Manolo y Minerva, los esposos de María Teresa y Patria, el ingeniero Leandro Guzmán y el hacendado Pedro González.

También fue apresada María Teresa, a quien oficiales desnudaron delante de todos, como una forma de humillarla. Un veterano de aquella época, Rafael -Fafa- Taveras relata cómo la más joven de las «mariposas» se mantuvo incólume pese a los insultos y la tortura física, «las descargas eléctricas sobre los senos de aquella virgen hacían mover su cuerpo, pero sus labios no se abrieron con una queja».

Semanas después de aquella orgía de sangre y dolor, las mujeres fueron liberadas, pero sus esposos fueron condenados a 30 años de cárcel.

De La 40, Manolo, Leandro y Pedro fueron trasladados a La Victoria, luego a la cárcel de Salcedo y de allí a Puerto Plata. Se le permitía una visita a la semana. Los viernes.

Pese a la advertencia de varias amigos de que se cuidaran, Patria, Minerva y María Teresa hacían el viaje a Puerto Plata todas las semanas a ver a sus esposos y a los otros compañeros de lucha allí prisioneros. El peligro era evidente, pero ellas preferían desafiarlo antes que dejarse doblegar por el miedo.

El día del crimen

La orden de matar a las hermanas Mirabal fue dada expresamente por Trujillo desde el 4 de noviembre, pero no fue sino el 25 cuando se dieron las condiciones para su ejecución. Además de las razones políticas, Trujillo sentía un odio visceral hacia las hermanas, especialmente contra Minerva por el desplante que esta le hizo once años atrás en una fiesta que se celebraba en San Cristóbal y a la cual fueron invitadas las jóvenes junto a sus padres.

Ese 25 de noviembre, poco después de las cuatro de la tarde, las Mirabal y Rufino de la Cruz regresaban de Puerto Plata de ver a sus esposo en la cárcel San Felipe de Puerto Plata.

«A menos de dos kilómetros de la ciudad (de Puerto Plata) había un carro detenido con aparentes pasajeros afuera, mientras otra persona simula que revisaba el motor…..Rufino de la Cruz se detuvo cuando vio que el carro casi estaba en medio de la vía, al llegar paralelo al vehículo, el jeep fue asaltado; las mujeres lanzadas hacia afuera violentamente e introducidas al vehículo de los calieses.

Patria logró salir huyendo en dirección a un camión del Seguro Social que venía por allí, pero fue alcanzada y arrastrada por los cabellos e introducida al carro junto a sus hermanas, pero antes alcanzó a gritarles a los del camión: “Díganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los caliés van a matarnos”.

Cuenta Fafa Taveras que el carro marchó con las tres hermanas adentro y Rufino fue mantenido en el jeep acompañado de dos calieses.

Y explica que antes de llegar a la Cumbre de Puerto Plata se desviaron hacia la derecha, por un camino sin pavimento, entre un cañaveral, y se detuvieron a más de cien metros de la carretera.

Un grupo de esbirros encabezados por el teniente Alicinio Peña Rivera tuvo a su cargo la ejecución de las Mirabal. Fueron asesinadas a palos y puñaladas. Antes, los calieses habían ahorcado a Rufino.

Posteriormente, introdujeron los cuatro cuerpos en los vehículos y se marcharon hasta el lugar donde lanzarían el jeep con ellos dentro. Se detuvieron un momento al ver que una de las víctimas estaba viva y se quejaba. Era Minerva, la remataron.

Con los cuatro cuerpos dentro, los asesinos lanzaron el jeep hacia un precipicio. Al día siguiente un diario tituló: «Tres mujeres y un chofer perecen en vuelco». Muy pocos creyeron esa información. La noticia del múltiple asesinato corrió como pólvora, provocando la indignación amplios sectores de la sociedad dominicana.

Luego de asesinar a las hermanas Mirabal, Trujillo ordenó la confiscación de todos sus bienes y los de sus esposos.

Las Mirabal representaban figuras de gran prestigio social

A pesar del clima opresivo, las Mirabal no fueron figuras pasivas. Minerva, la más política de las tres, desafió a Trujillo desde muy joven, incluso rechazando sus insinuaciones, lo que provocó represalias directas contra su familia.

Fue también una de las primeras mujeres del país en obtener un título de Derecho, aunque se le impidió ejercerlo. Las tres hermanas participaron activamente en los grupos clandestinos y se convirtieron en referentes dentro del movimiento opositor.

El sociólogo Celedonio Jiménez sostiene que las Mirabal representaban figuras de gran prestigio social, no solo por su origen de clase media y la formación profesional de Minerva, sino también por sus vínculos matrimoniales con opositores prominentes al régimen, como Manolo Tavárez Justo y Leandro Guzmán. Su posición, afirma Jiménez, convertía su voz y su acción política en una amenaza real para la dictadura.

Para el estudioso, las hermanas eran plenamente conscientes de su lucha y del sacrificio que implicaba. Representaban un símbolo alto de la dominicanidad, de la resistencia y del compromiso popular con la libertad. Su asesinato, asegura, fue un motor decisivo para el despertar masivo del antitrujillismo en el país, un rechazo tan amplio que incluso alcanzó a sectores que antes habían conciliado con el dictador, como la Iglesia católica.

Ese crimen, lejos de silenciar la disidencia, indignó a la nación y aumentó significativamente la presión contra la dictadura. Trujillo cayó menos de un año después, el 30 de mayo de 1961.

Los verdugos y su destino

En una información publicada en El Día digital el 25 de noviembre de 2013, el exmiembro del Movimiento 14 de Junio, Rafael Francisco Taveras Rosario “Fafa”, sostiene que los verdugos de las Mirabal sobrevivieron protegidos por gobiernos dominicanos posteriores, especialmente los encabezados por Joaquín Balaguer, llegando incluso algunos a recibir empleos con identidades distintas.

“Un ejemplo de ello es que en 1971, siendo yo un prisionero, me llevaron al hospital Marión por una dolencia, y allá me encontré con Rojas Lora, quien trabajaba para ese tiempo en la cementera”, relató Taveras.

Añadió que Ciriaco de la Rosa, así como Alicinio Peña Rivera, murieron en el extranjero, mientras que otros implicados “de seguro se han camuflado y tienen otras identidades”.

El escritor y poeta Tony Raful, en su obra Movimiento 14 de Junio: Historia y Documentos, aporta información adicional: Alicinio de la Rosa, quien recibió la orden de matar a las Mirabal, vivía en Puerto Rico y era pastor evangélico.

Afirma que Emilio Estrada Malleta, ejecutor de María Teresa, murió en Haití junto a Johnny Abbes García, al descubrirse su implicación en un complot para asesinar al presidente Duvalier.

Sin embargo, Ramón Emilio Rojas, responsable de la muerte de Patria, residió en la capital.

Mientras que Ciriaco de la Rosa, quien mató a garrotazos a Minerva, residió en Yamasá como curandero.

En cambio, Alfonso Cruz Valerio y Nelson Pérez Terrero, matadores del chofer Rufino de la Cruz, también permanecieron en República Dominicana, aunque en bajo perfil.

Y Rafael Viterbo Álvarez Corporán (Pechito) fue acribillado en San Cristóbal frente a una estación de gasolina.

Líderes

La muerte de las Mirabal se convirtió en un símbolo de patriotismo, resistencia y empoderamiento. Movidas por los agravios del régimen, se transformaron en líderes políticas ejemplares, y aunque las fronteras y la censura limitaban la difusión de información, su voz se elevó con fuerza contra la tiranía, consolidándolas como un arquetipo de liderazgo y lucha femenina que trasciende su tiempo.

En palabras de Juan Pablo Uribe, presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias:

“La lucha contra la oprobiosa y extensa tiranía de Trujillo estuvo teñida de sangre de mujer. El desafío al miedo, el terror y la prepotencia dictatorial tiene carácter de mujer. El compromiso revolucionario con la causa libertadora de un pueblo tiene temple de mujer. La dignidad, el decoro y la valentía tienen rostro de mujer: Minerva Mirabal, Patria Mirabal y María Teresa Mirabal”.

Un legado que trascendió fronteras

Las Mirabal no solo cambiaron la historia dominicana: transformaron la historia del mundo.

En 1981, en el Primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, se propuso que el 25 de noviembre fuera el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en honor a su sacrificio.

En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas oficializó esa fecha, reconociendo a las hermanas Mirabal como un símbolo universal de la lucha contra la violencia de género y la tiranía.

📲 ¿Tienes una denuncia o deseas promocionar tu negocio?
Contáctanos al 809-853-5020 (Whatsapp y llamada)

🔗 Síguenos en nuestras redes:
X | Telegram | Instagram
Facebook | Threads | YouTube

🙏 ¡Tu apoyo es importante!

🔻DESCARGAR NUESTRA APP "Info ENN"