Los hechos se desencadenaron después de que, según las autoridades, la madre le quitara el teléfono a la niña como resultado de una pelea. La policía de Wilkes-Barre respondió a la llamada alrededor de las 12:30 p.m., cuando los informes de una mujer que no respondía alertaron a los vecinos.
Al llegar a la escena, los oficiales encontraron a Tameeka Tucker con múltiples heridas de arma blanca en el cuello, la espalda y la cabeza. A su lado, su hijo de 11 años también había sufrido heridas de arma blanca en la espalda, aunque afortunadamente no se consideraron mortales.
La presunta perpetradora, Lataya Powell, fue detenida en el lugar y enfrenta cargos graves, incluido homicidio, dos cargos de agresión agravada y manipulación de pruebas. Powell fue acusada como adulta debido a la gravedad de los crímenes.
Las autoridades informaron que Powell confesó el crimen mientras estaba bajo custodia, expresando arrepentimiento y disgusto por sus acciones. “Yo soy la razón por la que mi madre está muerta”, habría dicho Powell a la policía, según una declaración jurada obtenida por los medios locales.
Se revelaron también detalles adicionales sobre la escena del crimen. Aunque no se encontraron cuchillos u otros instrumentos cortantes a simple vista, los cajones y gabinetes de la cocina estaban cerrados con candado, sugiriendo un intento de ocultar o proteger ciertos objetos.
La noticia ha conmocionado a la comunidad, quienes expresan su consternación y compasión por la familia afectada. ” Mis oraciones están con la familia y lamento que esto haya sucedido”, expresó un vecino en declaraciones a los medios locales.
Por ahora, Lataya Powell permanece detenida en la cárcel del condado de Luzerne, donde espera su audiencia preliminar programada para el 10 de abril.