Si se ha realizado o tiene previsto algún retoque estético como la aplicación de botox o alguna terapia para lucir más joven en estas fiestas, usted debe saber que en la Gran Manzana se ha detectado que muchos de los centros que ofrecen estos tratamientos, operan sin licencias y sin las mínimas medidas higiénicas. Y eso podría significar que su deseo de lucir mejor, termine en un desastre que comprometa no solo su apariencia, sino su salud.
En medio de los crecientes casos, en donde personas incluso han perdido la vida o han quedado deformes por malos procedimientos, el Concejo Municipal de la Ciudad de Nueva York publicó esta semana un informe que detalla los resultados preliminares de una investigación conjunta entre la Ciudad y el estado sobre las operaciones y prácticas de 15 spas médicos (medspas), que operan en los cinco condados y en donde se detectaron violaciones muy graves a la ley estatal en materia de salud y seguridad.
Las infracciones incluyen desde la realización de procedimientos médicos sin la debida licencia y hasta la falta de seguro de responsabilidad civil. Además, se detectó falta de mantenimiento de equipos y el uso de herramientas antihigiénicas, la aplicación de productos sin etiquetar y la falta de exhibición de las licencias correspondientes.
Los procedimientos más riesgosos, de acuerdo con la investigación de las autoridades neoyorquinas, han sido la inyección Botox, rellenos de labios, levantamiento de glúteos brasileño, aumento de senos, depilación láser, tratamiento facial antienvejecimiento, microdermoabrasión facial, microneedling, eliminación de cicatrices y estrías con láser y extracciones faciales.
Los spas médicos son establecimientos que a menudo cruzan la línea entre un centro de estético y un consultorio médico, ofreciendo tanto servicios de mejora de la apariencia como la inyección de botox, rellenos, terapias de rejuvenecimiento a través de productos que se aplican de forma intravenosa sin la presencia de profesionales certificados.
“Necesitamos una supervisión más rigurosa, más transparencia para los consumidores y una verdadera educación pública para que cada neoyorquino pueda tomar decisiones informadas sobre su salud y seguridad. Los neoyorquinos merecen saber que los servicios que pagan son seguros, legales y prestados por profesionales capacitados”, declaró la concejal Gale A. Brewer, presidenta del Comité de Supervisión e Investigaciones.
CDC alerta
De hecho, el pasado mes de septiembre los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron una alerta nacional en donde subraya que “han recibido un número creciente de informes de reacciones adversas, que incluyen dificultad para tragar y problemas respiratorios, después de la inyección de toxina botulínica (Botox)”
Algunas personas fueron hospitalizadas y algunas necesitaron antitoxina, un tratamiento para el botulismo, un cuadro que ocurre cuando la toxina botulínica ataca los nervios del cuerpo y causa dificultad para respirar, parálisis muscular e incluso la muerte.
Sugerencia: Más mano dura
Ante esta investigación que revela prácticas riesgosas para la salud pública, el Concejo Municipal recomienda a los legisladores estatales considerar una legislación que obligue a los AEB a publicar de forma destacada un aviso estandarizado que indique que no están autorizados para realizar procedimientos médicos.
El aviso debería incluir una lista de servicios comunes que no pueden prestarse legalmente.
Asimismo, se sugiere a las agencias estatales pertinentes realizar inspecciones regulares y estandarizadas de los spas médicos siguiendo el modelo de esta iniciativa para garantizar el cumplimiento de los requisitos de licencia, saneamiento, seguro y médicos.
Los legisladores locales sugieren también que el estado de Nueva York lance una campaña educativa multimedia, coordinada para ayudar a los neoyorquinos a reconocer las instalaciones sin licencia o inseguras, comprender los riesgos médicos asociados con ciertos procedimientos y conocer sus derechos.
Los hallazgos:
- 93% de estos centros no exhibía las licencias correctamente. En concreto, se descubrió que todos los establecimientos ofrecían procedimientos médicos, como inyecciones o tratamientos intravenosos, sin la licencia ni la supervisión requeridas.
- 86% carecía de los registros de seguridad obligatorios.
- 73% operaba sin la presencia de ningún profesional médico que supervisara los procedimientos.
- 63% presentaba infracciones en materia de seguridad química o contra incendios, como el almacenamiento inadecuado de materiales peligrosos.
- 53% de los establecimientos tenían contenedores de objetos punzantes desbordados hasta instrumentos sucios que potencialmente se reutilizaban entre clientes.
- 46% de los establecimientos, incluyendo medicamentos en frascos sin etiquetar o con etiquetas escritas a mano, y el 26% empleaba a profesionales sin licencia o con licencias caducadas.
- 60% no contaba con seguro de responsabilidad civil.




