En la década de 1940, Sosúa se convirtió en un refugio seguro para los judíos que huían de la persecución nazi, quienes fundaron una próspera comunidad agrícola, estableciendo una cooperativa lechera y una fábrica de quesos que todavía son reconocidos en la región. La sinagoga y el museo judío de Sosúa son testigos de esta rica herencia histórica.
Hoy en día, Sosúa es conocida por su emblemática Playa Sosúa, famosa por su arena dorada y aguas cristalinas y sacritarinas, que atraen a turistas de todo el mundo. La ciudad ofrece una variedad de actividades acuáticas, desde buceo y snorkeling hasta pesca deportiva, y cuenta con una amplia gama de hoteles de alta calidad, restaurantes y una vibrante vida nocturna, todo capturado magistralmente en las fotos de Jonathan Pérez.