República Dominicana, enclavada en el candente Caribe insular, se caracteriza por poseer una abundante radiación solar durante todo el año, enorme potencial para desarrollar y aprovechar esta riqueza natural. La transición hacia esta fuente energética renovable podría mejorar la capacidad y eficiencia de su sistema energético, aumentando su competitividad económica promoviendo la sostenibilidad ambiental.

Esta nación recibe un promedio de 5 a 6 kilovatios-hora por metro cuadrado diario de radiación solar, convirtiéndola en uno de los lugares más adecuados para generar energía solar. Esta abundancia de sol proporciona base sólida para la implementación de proyectos el Sol como materia prima para la generación de electricidad como el calentamiento de agua y otras aplicaciones térmicas.

Actualmente, República Dominicana depende de los combustibles fósiles importados para satisfacer su demanda energética, la transición progresiva al uso de la energía solar puede contribuir a reducir esta dependencia disminuyendo su vulnerabilidad a fluctuaciones de precios en el mercado internacional de combustibles, mejorando y garantizando su seguridad energética.

Invertir en esta energía puede resultar importante en ahorros económicos a largo plazo, comprendiendo que los costos iniciales de instalación pueden ser elevados, mientras, los costos operativos y de mantenimiento, relativamente bajos, lo cual repercute positivamente en la reducción de las facturas de consumo eléctrico personal y empresarial, liberando recursos de reinversión en la economía local.

Reducir los costos energéticos puede hacer de las industrias locales, empresas más competitivas a nivel internacional. Como hemos expresado en las entregas anteriores, esta energía reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y otros contaminantes asociados a la generación de electricidad a partir de combustibles fósiles, aliándose la nación a la lucha contra el cambio climático, mejorando la calidad del aire y, con esto, beneficiando la salud pública ciudadana y el medio ambiente.

Lo referido nos hace reflexionar sobre la importancia de una infraestructura importante para desarrollar energía solar, redes eléctricas inteligentes y sistemas de almacenamientos que tienen en sentido general el Sol como punto esencial.

Las asociaciones entre el sector público y privado pueden acelerar el desarrollo de proyectos solares. El privado puede aportar capital y experiencias técnicas; en cambio, el Gobierno, proporcionar el marco regulatorio y los incentivos necesarios para fomentar la inversión.

Algunos proyectos ya están demostrando el potencial de la energía solar del país; por ejemplo, el parque solar Monte Plata, el más grande del Caribe, convertido en exitoso en generación de energía y reducción de emisiones de carbono; modelo para futuras iniciativas. El ministro de Energía y Minas, Joel Santos, ha brindado promisorias proyecciones para la nación con relación a la energía renovable.

RD tiene potencial oportunidad para aprovechar su abundante recurso solar e integrarlo a su sistema energético cuya adopción no solo puede mejorar la capacidad y fiabilidad del suministro eléctrico, sino también aumentar la competitividad económica, crear empleos y, reiteramos, contribuir a un medio ambiente limpio.

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