Santo Domingo. – La ensalada rusa forma parte del menú tradicional de los hogares quisqueyanos en Nochebuena, pero también de fiestas y celebraciones, aunque pocos conocen su origen.

A partir de la Revolución Rusa, en 1917, cuando los exiliados de aquel país comenzaron a hacer conocida esta ensalada en esa región de Europa y en Estados Unidos.

Un cocinero ruso, pero de origen franco-belga, conocido como Lucien Olivier, se encargó de popularizar este plato, aunque no fue quien la creo, este profesional de la cocina añadió algún toque especial a su ensalada y la comercializó en un restaurante para la alta sociedad moscovita donde obtuvo buena aceptación y se conoció aproximadamente por todo el mundo.

¿Qué lleva una ensalada rusa?

Cada plato realizado tiene una particularidad añadida, y es que como ocurre por ejemplo con los guisos tradicionales que en cada casa se prepara de una manera diferente que la hace única.

Debemos destacar que, “cada hogar les da un estilo diferente a las ensaladas”.

Según una encuesta realizada a través de la red social Instagram un 57% de los usuarios prefieren disfrutar este delicioso plato con algo especial agregando un poco de “remolacha” ya que es una excelente fuente de nutrientes esenciales. Algunos de los beneficios nutricionales incluyen: Vitaminas: Las papas, la remolacha y las zanahorias proporcionan una amplia variedad de vitaminas, como la vitamina C, la vitamina A y la vitamina B6. Mientras que un 43% la prefiere de manera tradicional.

Para preparar y conservarla bien, una ensalada rusa ¿Sabes qué debes hacer?

Añadir la mayonesa cuando los vegetales estén a temperatura ambiente.

Sumar la remolacha, de preferencia, a la hora de servir la ensalada. Así la mezcla se verá más apetitosa y se destacarán todos los componentes de la receta.

Anexar la mayonesa necesaria a la ensalada para que quede bien aderezada. Una vez lista, conservarla en la nevera, no en el congelador.

Consumirla el mismo día de su preparación, pues el huevo y la remolacha combinados con los demás ingredientes pueden alterar los sabores y hacer que se ponga rancia.

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