Si alguna vez te has preguntado por qué los trenes no tienen cinturones de seguridad, no estás solo. Los coches los llevan, los aviones también, pero en los trenes no son obligatorios ni habituales. La razón, según los expertos, no es la falta de preocupación por la seguridad, sino una combinación de factores técnicos, prácticos y económicos.
Para empezar, los accidentes ferroviarios son extremadamente raros. Datos de la Comisión Europea de 2019 indican que el riesgo de muerte para un pasajero de tren en la Unión Europea es de apenas 0,09 fallecimientos por cada mil millones de kilómetros recorridos, unas 28 veces menos que en automóvil. Ante esa baja siniestralidad, equipar todos los trenes con cinturones sería un gasto difícil de justificar, señala IFL Science.
Pero la explicación va más allá de los costos. Los trenes están diseñados de manera muy distinta a los coches: los pasajeros pueden ir de pie, caminar entre vagones o cambiar de asiento. En caso de accidente, esa mezcla de posiciones haría imposible garantizar que todos usaran el cinturón, y los que no lo hicieran podrían convertirse en proyectiles humanos que pondrían en riesgo a los demás.
Un informe de seguridad ferroviaria explica que la mayor parte de las lesiones en accidentes de tren se deben al impacto de los pasajeros contra los asientos. Sin embargo, esos mismos asientos están diseñados para absorber el golpe y limitar el movimiento corporal, reduciendo la gravedad de las lesiones. En este contexto, los cinturones no aportarían una mejora significativa y podrían, en algunos casos, empeorar los resultados.
Poco práctico
Los investigadores también han probado la instalación de cinturones de tres puntos, similares a los de los automóviles. Los resultados fueron mixtos: los pasajeros que los usaban sufrían menos lesiones, pero los que no los llevaban puestos resultaban más perjudicados al chocar contra asientos más rígidos. Incluso se detectó un aumento de lesiones cervicales en mujeres de baja estatura y adolescentes.
Además, el cinturón de seguridad de tres puntos no puede adaptarse fácilmente a los asientos de tren existentes, por lo que sería necesario reemplazar toda la infraestructura interior de los vagones.
Así, instalar cinturones de seguridad en los trenes también sería poco práctico. Como explicó The New York Times, la opción más simple y económica —el cinturón de dos puntos que se usa en los aviones— no protegería adecuadamente a los pasajeros en los trenes, que se mueven de lado a lado, además de hacia adelante y hacia atrás.
En teoría, si todos los pasajeros permanecieran sentados y abrochados durante todo el viaje, los cinturones podrían mejorar la seguridad. Pero eso rompería la esencia del viaje en tren, donde los pasajeros valoran poder moverse libremente, levantarse o ir al vagón cafetería.
"Se han considerado durante muchos años", explicó en 2017 Steven R. Ditmeyer, exdirector de investigación y desarrollo de la Administración Federal Ferroviaria de EE. UU., al medio Global News. "En ninguna parte del mundo se usan cinturones de seguridad en los trenes. A la gente le gusta viajar en tren precisamente por la libertad de levantarse y caminar, y el personal no quiere tener que obligar a los pasajeros a abrocharse los cinturones".
Así que, al menos por ahora, la respuesta parece clara: los cinturones de seguridad no son necesarios en los trenes, no porque no importen, sino porque el diseño, la seguridad estructural y la baja tasa de accidentes hacen que viajar sin ellos siga siendo una de las formas más seguras de moverse.
(Con información de DW)
