Filipinas despide a una de sus figuras políticas más duraderas: Juan Ponce Enrile, quien falleció a los 101 años, dejando tras de sí un legado tan imponente como polémico.
Artífice de la ley marcial de 1972 bajo el mandato de Ferdinand Marcos, Enrile fue tanto mano derecha del poder autoritario como pieza clave en la rebelión que lo derribó años después. Su vida fue una montaña rusa política que reflejó las luces y sombras de la historia moderna filipina.
Según confirmó su hija, Katrina Ponce Enrile, el veterano político murió “rodeado de su familia” en su residencia, víctima de una neumonía.
Durante más de medio siglo, Enrile encarnó la complejidad del poder. Ministro de Justicia y de Defensa, estratega de la ley marcial y, luego, protagonista de la Revolución del Poder Popular de 1986, que puso fin a la dictadura y obligó a Marcos al exilio.
Aquella traición al régimen que ayudó a construir cambió la historia del país. Desde su despacho en el Departamento de Defensa, Enrile denunció fraude electoral y se unió al general Fidel Ramos, alentando la revuelta que llenó las calles de Manila con millones de manifestantes.
Después del triunfo popular, se integró brevemente al gobierno de Corazón Aquino, pero sus desavenencias lo llevaron a abandonar el cargo. Nunca dejó, sin embargo, de ser una voz influyente en la política filipina.
Hoy, Filipinas recuerda a Juan Ponce Enrile como una figura que simboliza tanto el poder como la redención, un testigo de los giros más dramáticos del país en el último siglo.



