Puerto Plata enfrenta una realidad que ya no admite excusas: no contamos con un Banco de Sangre operativo. Esta carencia nos coloca en una posición vulnerable ante emergencias médicas, accidentes de tránsito, intervenciones quirúrgicas, desastres naturales o—peor aún—catástrofes aéreas, como las que ya hemos vivido en el pasado.
Imagínese por un momento que ocurre un accidente masivo en nuestra provincia. ¿Dónde está la sangre para salvar vidas? ¿A dónde acuden las familias desesperadas cuando cada minuto cuenta? Hoy, la respuesta es alarmante: no existe un centro local que garantice disponibilidad inmediata de unidades sanguíneas. Depender de traslados a otras provincias retrasa tratamientos y puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Un Banco de Sangre en Puerto Plata traería beneficios inmediatos y vitales:
• Respuesta rápida ante emergencias y cirugías.
• Reducción de muertes evitables por falta de suministro.
• Mayor capacidad hospitalaria para manejar eventos de gran impacto.
• Educación comunitaria y cultura de donación voluntaria.
• Seguridad médica para residentes, visitantes y turistas.
Nuestra provincia crece, recibe miles de visitantes cada semana y tiene una población activa que merece garantías de salud dignas. No es un lujo. Es una necesidad crítica.
Exhortamos a las autoridades de salud, al sector privado, a los líderes comunitarios y a toda la ciudadanía a tomar acción. La construcción y operación de un Banco de Sangre no debe seguir siendo un tema pendiente: es una urgencia moral y social.
Puerto Plata tiene todo para hacerlo posible. Solo falta voluntad.




