Los inodoros salvan vidas. Así lo recuerda cada año la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que este 19 de noviembre conmemora el Día Mundial del Inodoro, una fecha dedicada a crear conciencia sobre la crisis global de saneamiento que sigue afectando a miles de millones de personas y que continúa poniendo en riesgo la salud pública a escala mundial.
Un día para hablar de una urgencia global
El Día Mundial del Inodoro fue proclamado en 2013 por la Asamblea General de la ONU como parte de la iniciativa “Saneamiento para Todos”, con el objetivo de visibilizar la importancia del acceso sostenible al agua potable y a los servicios básicos de saneamiento.
La razón: las cifras siguen siendo alarmantes.
Actualmente:
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3,500 millones de personas no cuentan con sistemas seguros para eliminar los excrementos.
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419 millones continúan defecando al aire libre.
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1,800 millones consumen agua no potable contaminada por heces.
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900 millones de estudiantes no tienen instalaciones para lavarse las manos.
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El 80% de las aguas residuales vuelve al medio ambiente sin tratamiento.
Esta realidad expone a millones de familias a enfermedades mortales, afecta la educación de los niños, golpea la productividad económica y deteriora las condiciones de vida en comunidades enteras.
Inodoros seguros: clave para la dignidad y la salud
El saneamiento básico es parte esencial del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 6, que busca garantizar acceso universal al agua potable y saneamiento de aquí a 2030. Esto incluye poner fin a la defecación al aire libre y mejorar el tratamiento de aguas residuales.
Dentro de este desafío, uno de los puntos más sensibles es la falta de inodoros seguros para las mujeres, quienes en muchos lugares sufren riesgos de violencia, enfermedades o exposición durante la noche al no contar con instalaciones adecuadas.
Lema 2024: “El inodoro es un lugar para la paz”
Para 2024, Naciones Unidas adoptó un mensaje sorprendente pero contundente: “El inodoro es un lugar para la paz”.
La ONU explica que, aunque pueda parecer un espacio cotidiano, el baño debe ser un entorno seguro. Pero miles de millones de personas lo han perdido por efectos del cambio climático, conflictos armados, desastres naturales y la falta de infraestructura resiliente.
El llamado internacional es a construir sistemas de saneamiento robustos, sostenibles y protegidos frente a factores externos, garantizando que cada persona tenga acceso a un inodoro digno.
Una campaña que evoluciona cada año
A lo largo de los años, el Día Mundial del Inodoro ha tenido diversos lemas que buscan enfocar la atención pública en aspectos clave del saneamiento:
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2023: Acelerando el cambio, con el colibrí como símbolo de que pequeñas acciones pueden transformar comunidades.
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2022: Saneamiento y aguas subterráneas: hacer visible el recurso invisible.
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2021: Valoremos los inodoros, destacando que 3,600 millones de personas carecen de sistemas adecuados.
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2020: Saneamiento sostenible y cambio climático, alertando sobre cómo eventos climáticos extremos agravan la situación.
Una crisis silenciosa que aún puede revertirse
El mensaje de la ONU es claro: sin inodoros seguros, no hay salud, no hay desarrollo y no hay futuro sostenible. Garantizar un inodoro digno para cada persona es una de las inversiones más rentables y urgentes: por cada dólar destinado a saneamiento, se ahorran cinco en atención médica y pérdidas económicas.
Este 19 de noviembre, la invitación es a mirar hacia un problema invisible, pero que afecta a casi la mitad del planeta.




