Anoche, enfrentando al que sin quizás, ha sido el mejor lanzador abridor del torneo, Aaron Sánchez, los Tigres se sacudieron y pudieron derrotar a los Toros del Este 6-3 para así romper una racha de cinco derrotas consecutivas. También evitaron ponerse ocho juegos por debajo de .500.
Los azules eran los únicos que no habían podido alcanzar la decena de triunfos en la campaña.
Ese triunfo representa una momentánea calma ante una tormenta “inusual” que atraviesan los Tigres: el sótano.
Y es que, el mal momento del Licey es una gran diferencia a lo que ha sido del equipo en las recientes temporadas. La última vez que se quedaron fuera del round robin fue hace cuatro años (temporada 2020-21), que de hecho fue un sótano tras récord de 13 victorias y 17 derrotas (campaña recortada a 30 juegos por la pandemia del covid-19).
A partir de ahí, el equipo ha avanzado cada temporada a los playoffs, incluyendo tres finales en las últimas tres campañas, dos campeonatos, una Serie del Caribe, y el récord de victorias en una temporada regular con 34-16 en la 2022-23.
¿Qué ha fallado en esta temporada?
Hay una máxima muy popular en el béisbol que establece que “El pitcheo es el 75% del juego”, pero con el Licey ha sido la excepción.
La efectividad del Licey es la segunda mejor de la liga con 3.14, solo detrás de las punteras Águilas Cibaeñas (3.68).
El mismo lugar ocupan los Tigres si delimitamos su pitcheo por los abridores. La efectividad es de 4.47, siendo los Toros del Este los únicos que han estado mejor (3.61).
La misma tendencia ocurre con el relevo. El bullpen de los Tigres es el segundo mejor (3.22 ERA), únicamente detrás de las Águilas (3.13).
Sin embargo, a pesar de ese buen pitcheo, los abridores de los Tigres tienen apenas una victoria en el torneo, que de hecho ha sido el último triunfo del equipo: César Valdez el pasado martes cuando lanzó seis entradas en blanco contra los Gigantes del Cibao.
¿Qué está mal entonces?
La segunda de tres patas para ganar partidos es el bateo. Ahí los Tigres están muy mal.
Si las estadísticas se ven “por arribita” no se perfilan como el peor equipo ofensivo, pues los Leones del Escogido y los Gigantes tienen un promedio de bateo y OBP más bajo que los azules.
Pero, si se observa más allá, se notará el problema.
El Licey es el equipo que menos carreras ha anotado (91), de hecho es el único con menos de 100 registradas, pero también es último remocladas con 81, único con menos de 90.
¿A qué se debe eso?
Los bateadores azules son, por mucho, los que peor promedio de bateo tienen con corredores en posición anotadora con .188, los únicos por debajo de .230. También son los que menos hits y remolcadas han pegado en esa situación, 45 y 63 respectivamente.
(Estadísticas sin incluir el partido de este lunes)
Los Tigres tienen pendientes 24 partidos por jugar, prácticamente la mitad del calendario. ¿Les queda tiempo para recuperarse? Bastante. ¿Podrán hacerlo? Está por verse.


