Puerto Plata.– El Teleférico de Puerto Plata, una de las atracciones turísticas más emblemáticas del destino norte de República Dominicana, lleva un año y cuatro meses cerrado sin que hasta el momento se evidencien trabajos visibles de reparación o modernización, pese a las promesas de intervención anunciadas por las autoridades.
La suspensión de operaciones inició a mediados de junio de 2023, bajo el argumento de que el sistema requería una renovación completa por razones de seguridad y mantenimiento estructural. Desde entonces, el cierre ha generado frustración entre comerciantes, guías turísticos y operadores que dependen del flujo de visitantes que diariamente acudían a la Loma Isabel de Torres.
Impacto en la economía local
El prolongado cierre ha afectado directamente a decenas de familias que trabajaban en la zona alta y en los alrededores del Teleférico.
Dueños de tiendas de artesanía, fotógrafos, choferes turísticos y empleados de servicios expresan que sus ingresos han caído más de un 80 %, calificando la situación como un “abandono total del Estado”.
“Nos prometieron una remodelación moderna, pero aquí no se ha movido una piedra”, expresó uno de los comerciantes afectados, recordando que el Teleférico representa no solo una fuente de empleo, sino también el principal símbolo turístico de Puerto Plata.
Promesas y poca acción visible
Cuando se anunció el cierre, el Ministerio de Turismo informó que se trataba de una intervención integral valorada en unos 20 millones de dólares, que incluiría el reemplazo de los cables, cabinas, torres y sistemas eléctricos.
Sin embargo, al día de hoy no existen evidencias de que los trabajos hayan comenzado, ni se ha ofrecido un cronograma oficial de reapertura.
Diversos sectores locales, entre ellos la diputada Heidy Musa, han denunciado lo que califican como “negligencia e indiferencia” del Gobierno ante una situación que afecta el corazón del turismo puertoplateño. En mayo pasado, incluso se realizaron marchas y protestas pacíficas exigiendo respuestas sobre el proyecto.
Pruebas técnicas y traspaso al fideicomiso
En julio de 2025, se informó que técnicos del Departamento de Obras Públicas y del Patronato del Teleférico realizaron pruebas mecánicas sin pasajeros, a fin de evaluar el estado real del sistema después de meses de inactividad.
Posteriormente, mediante decreto presidencial, la administración del Teleférico fue transferida al Fideicomiso Público FI-TEPP, con la Fiduciaria Reservas como entidad administradora.
El nuevo esquema busca garantizar la sostenibilidad financiera y operativa del sistema una vez reabierto, aunque aún no se ha anunciado fecha ni plan de ejecución.
Reclamos y falta de transparencia
La incertidumbre ha generado una ola de críticas hacia las autoridades, a quienes se acusa de falta de transparencia y mala planificación.
Diversos medios locales señalan que ni los estudios técnicos ni los contratos de remodelación se han hecho públicos. Además, no existen licitaciones visibles ni información sobre la inversión prometida.
“Han pasado más de 16 meses y el Teleférico sigue igual, cerrado, abandonado y sin obreros trabajando”, denunció recientemente un representante de los guías turísticos de la zona.
El valor simbólico del Teleférico
Inaugurado en 1975, el Teleférico de Puerto Plata es el único de su tipo en el Caribe.
Su recorrido de 2.5 kilómetros lleva a los visitantes hasta la cima de la Loma Isabel de Torres, donde se erige la réplica del Cristo Redentor y un parque botánico que domina la vista de toda la ciudad.
Durante décadas ha sido una parada obligatoria para turistas nacionales y extranjeros, así como un emblema de identidad para los puertoplateños.
Sin fecha de reapertura
A pesar de las pruebas técnicas realizadas y el nuevo fideicomiso, el Teleférico sigue cerrado y sin un cronograma definido para su reapertura.
El silencio institucional y la falta de avances han convertido su cierre en uno de los temas más sensibles para el turismo de Puerto Plata, una provincia que busca mantener su liderazgo en la industria de cruceros y excursiones del norte dominicano.
Por el momento, la estructura permanece custodiada, sin movimiento visible de maquinaria o personal técnico, mientras los ciudadanos se preguntan cuánto más deberán esperar para volver a ver operar la atracción que por décadas identificó a su ciudad.