Ciudad de México 🇲🇽 — Una jornada de fuerte tensión se vivió este sábado en el Zócalo capitalino, cuando manifestantes de la llamada Generación Z y grupos encapuchados derribaron las vallas metálicas que resguardan Palacio Nacional, sede de la Presidencia de México, desatando un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
La protesta fue convocada para exigir justicia por el asesinato del alcalde de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo. Miles de personas llegaron desde temprano y, a partir de la 1:00 p.m., comenzaron a golpear de manera continuada las estructuras metálicas colocadas en torno al recinto presidencial. Tras más de una hora de presión, las vallas finalmente cedieron.
Seguridad responde con gas y maniobras de control
Una vez abiertas brechas en el perímetro, los cuerpos policiales lanzaron gas lacrimógeno y respondieron con maniobras de dispersión, incluyendo el uso de extintores y toletes, en un choque que se extendió por al menos 30 minutos.
Algunos manifestantes intentaron acercarse a las puertas del recinto con la intención de forzar el acceso, lo que intensificó la respuesta policial. Durante el enfrentamiento se lanzaron piedras, hubo empujones y varios jóvenes resultaron heridos.
Personal del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM) asistió a los lesionados, quienes presentaban contusiones, irritación severa por el gas y golpes derivados del caos.
Ciudadanos socorren a afectados por gas lacrimógeno
Entre los momentos más tensos, mujeres que participaban de la marcha entregaron agua y suero oral a quienes habían sido impactados por los gases. Grupos civiles denunciaron un “uso excesivo de la fuerza” y criticaron el despliegue policial.
Granaderos y unidades con escudos avanzaron sobre la multitud luego de la caída de las vallas, dispersando a los grupos que buscaban permanecer en la explanada.
Hasta el cierre de esta edición, las autoridades mexicanas no han ofrecido cifras oficiales de heridos ni confirmado si hubo detenciones.



